ZANGEZUR O NADA: UN PLAN ESTADOUNIDENSE PARA CONSTRUIR UN CORREDOR SE TOPA CON LA LÍNEA ROJA DE IRÁN.  Corresponsal de Cradle.

Corresponsal de Cradle.

Ilustración: The Cradle

11 de agosto 2025.

La “iniciativa del corredor de Meghri”, respaldada por Estados Unidos, busca aislar a Irán, socavar a Rusia y afianzar la influencia turca, azerbaiyana e israelí, pero Teherán insiste en que el ‘corredor estadounidense’ estará muerto y enterrado.


El 8 de agosto, el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, el presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, y el presidente estadounidense, Donald Trump, firmaron un memorando de entendimiento (MoU) en el que se esbozaban siete puntos para avanzar en el llamado acuerdo de paz en el Cáucaso Meridional. El acuerdo fue acompañado de acuerdos bilaterales entre Washington y ambos Estados.

El MoU aboga por la apertura de fronteras y rutas de transporte, reforzando la soberanía, la integridad territorial y la jurisdicción de Armenia, con una promesa vaga de reciprocidad.

Bakú insertó la palabra “sin obstáculos” para describir su ansiada conexión con el enclave de Najicheván, junto con “beneficios recíprocos” para Ereván.

En virtud del acuerdo, la ruta Meghri, bautizada como Ruta Trump para la Paz y la Prosperidad (TRIPP), será operada y controlada por contratistas estadounidenses y extranjeros, mientras que el acceso ferroviario armenio a través de Najicheván seguirá bajo control azerbaiyano.

Este desequilibrio deja a Ereván con menos garantías sobre la seguridad de la TRIPP. “Sin obstáculos” probablemente significa que los operadores tratarán directamente con el tráfico azerbaiyano, con solo informar periódicamente a las autoridades armenias.

Esta ambigüedad podría retrasar la conclusión del acuerdo de paz o presionar a Armenia para que ceda más control operativo.

El exministro de Asuntos Exteriores de Armenia, Vartan Oskanian, escribió en su página de Facebook que el país había caído en una trampa, señalando que Irán ha advertido abiertamente que no tolerará ninguna presencia extranjera en Syunik, describiendo la región como el salvavidas estratégico de Armenia y una parte vital del eje norte-sur.

Convertirla en una moneda de cambio geopolítica, afirmó, pone en peligro tanto la seguridad de Armenia como la estabilidad regional.

Rusia: un oso dormido con un ojo abierto

Si bien las narrativas dominantes achacan el declive del papel de Rusia en el Cáucaso Meridional a su enfoque militar en Ucrania, esto ignora que fue Ereván quien prohibió a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), liderada por Rusia, defender a Armenia en la segunda guerra de Nagorno-Karabaj en 2020 o durante el breve estallido fronterizo de 2022.

El propio Pashinyan dejó claro durante la guerra de 44 días que no quería la intervención de la OTSC, y más tarde, sorprendentemente, se quejó tras la derrota de que “la OTSC no ha cumplido y no está cumpliendo sus obligaciones con Armenia».

Esa queja fue teatro político, parte de una misión alineada con sus patrocinadores occidentales.

Pashinyan, considerado un producto de una revolución de colores respaldada por Occidente, llegó al poder instando a los jóvenes a lanzarse bajo los autobuses en nombre de la “protesta pacífica”.

Desde la década de 1990, Ereván, al igual que Bakú, ha sido penetrada de forma constante por ONG occidentales. Los breves enfrentamientos de 2022 cambiaron poco; para entonces, Pashinyan ya había mostrado sus cartas políticas.

La retirada de las tropas rusas de Nagorno-Karabaj en 2023 y el bloqueo por parte de Pashiyan de la alianza liderada por Rusia, la OTSC, para defender a Armenia de la continua agresión azerbaiyana en 2021 y 2022, empujaron a los armenios, confundidos, a cuestionar la alianza y a buscar otros socios en materia de seguridad.

Además, las recientes tensiones (detenciones y arrestos de periodistas en ambos países) entre Azerbaiyán y Rusia obstaculizaron aún más políticamente a Rusia, que ya no es considerada como el principal actor en la región.

Los analistas sostienen que el acuerdo negociado por Trump marginaría a Rusia, despojándola del papel que ha dominado en la región durante los últimos dos siglos. El miembro de la Duma rusa Kostantin Zatulin mencionó que el acuerdo tiene como objetivo “sacar a Rusia del Cáucaso”.

Algunos incluso fueron más lejos y lo calificaron de “golpe geopolítico” para Moscú.

Los comentarios de la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zakharova, María Zajárova, destacaron que Rusia está interesada en la estabilidad regional y pidió diplomáticamente retomar la plataforma regional 3+3, como si el Cáucaso Sur fuera una zona alejada del ‘extranjero cercano’ de Rusia.

La filial rusa South Caucasus Railway sigue operando la red armenia en virtud de la declaración trilateral del 10 de noviembre de 2020, que también situó a guardias fronterizos rusos en el sur de Armenia para garantizar el tránsito entre Armenia y Azerbaiyán.

Incluso si una empresa estadounidense gestiona el corredor Meghri-Nakhichevan, la explotación ferroviaria de Rusia garantiza sus intereses económicos, mientras que Armenia también tendría acceso a Irán y Rusia a través de los ferrocarriles azerbaiyanos.

Cuando Trump se reúna con el presidente ruso, Vladímir Putin, en Alaska el 15 de agosto para discutir un “canje territorial” en Ucrania, es probable que surja la cuestión del corredor. Moscú tratará de preservar sus intereses económicos, posiblemente a cambio de concesiones políticas en la región.

Teherán promete bloquear el asentamiento de EE. UU. y la OTAN en el Cáucaso

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán ha acogido con satisfacción la finalización del texto del acuerdo de paz, considerándolo un “paso significativo hacia el logro de una paz duradera en la región”.

Sin embargo, también ha expresado su preocupación por la intervención extranjera cerca de su frontera, que socavaría la estabilidad regional, y ha subrayado el respeto de la integridad territorial de los Estados vecinos, insinuando su oposición a cualquier cambio territorial en su frontera con Armenia.

Los mensajes más duros de Irán vinieron de Ali Akbar Velayati, asesor principal del líder supremo iraní, quien dijo que, con o sin Rusia, Irán frustrará la creación de un “corredor estadounidense” en el Cáucaso meridional.

Cuando se le preguntó sobre un acuerdo que otorgaría a Estados Unidos un “arrendamiento de desarrollo de 99 años sobre el corredor”, subrayó que este corredor se convertirá en un “cementerio de los mercenarios de Donald Trump”. Se ha anunciado que el presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, realizará una visita oficial a Ereván en los próximos días.

El general Yadollah Javani, subcomandante de Asuntos Políticos del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC), también emitió una declaración mordaz titulada “Aliyev y Pashinyan en el camino de Zelensky hacia la miseria”.

Afirmó que su decisión de invitar a Estados Unidos, Gran Bretaña y la OTAN al Cáucaso mediante un arrendamiento de un siglo del Corredor de Zangezur era similar al “error estratégico de Zelensky” y les haría caer en la “trampa del jugador Trump”.

A diferencia de la guerra de Ucrania, que enfrentó solo a Kiev contra Moscú, Javani advirtió que esta medida ha unido a Irán, Rusia, China y la India contra Bakú y Ereván. Este acto destructivo, declaró, “no quedará sin respuesta”.

Ya no es ningún secreto que la creación de TRIPP reforzará la influencia regional de EE. UU., al tiempo que reducirá el acceso y la influencia tradicional de Irán en el Cáucaso Meridional.

Ankara y Tel Aviv: beneficiarios estratégicos

El plan de Washington también refuerza la posición de Turquía. Como puente de la OTAN en la región, Turquía puede ampliar su influencia en el arco del Mar Negro y el Caspio, impulsando su proyecto del Corredor Medio y profundizando sus lazos con el “mundo turco”.

Aunque se cuida de evitar una confrontación abierta con Rusia e Irán, Ankara está impulsando la producción nacional de misiles para reforzar su postura autónoma.

Para Israel, el corredor abre una nueva profundidad operativa. Los analistas plantean abiertamente una extensión de los “Acuerdos de Abraham 2.0” al Cáucaso Meridional.

Bakú y Tel Aviv ya mantienen una estrecha cooperación en materia de seguridad, con el Estado ocupante suministrando armas e inteligencia. Esto sitúa a Tel Aviv en una posición ideal para proyectar su poder hacia el norte de Irán, intensificando la vigilancia y el cerco.

Armenia se está acercando cada vez más a las alianzas occidentales, incluyendo la profundización de sus lazos con Estados Unidos y la Unión Europea, aunque sin compromisos concretos a cambio.

Esta alineación o cambio no solo limita el espacio diplomático de Irán, sino que también apoya el desarrollo de rutas comerciales y energéticas alternativas que eluden los territorios rusos e iraníes.

Con ello, Estados Unidos pretende atraer a Ereván y Bakú a su órbita para separarlos de futuros compromisos relacionados con el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC), que conecta Rusia con Irán y la India.

Así, aislar a dos actores regionales tradicionales del Cáucaso Meridional allanarían en última instancia el camino para el aumento de la influencia del único actor regional, que es Turquía.

Si se lleva a cabo, el TRIPP remodelará el Cáucaso Meridional. Armenia podría garantizar la paz a corto plazo, pero entregaría a Turquía y Azerbaiyán ventajas logísticas y militares.

Irán corre el riesgo de quedar aislado en la región a menos que estreche sus lazos con Rusia y Armenia y forme un frente común con China y la India contra el neo-otomanismo y el “arco pan-turco”.

Rusia podría conservar cierta influencia económica a través de las operaciones ferroviarias, pero si el statu quo se inclina aún más hacia Occidente y Turquía, la influencia de Moscú se verá erosionada.

Los principales ganadores serán Ankara, Bakú y Tel Aviv, y detrás de ellos, Washington.

Traducción nuestra


*Realizado por corresponsal de The Cradle

Fuente original: The Cradle

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