Alexander Neu.
Imagen: ChatGPT 5.1.
11 de diciembre 2025.
Hoy estaba escuchando de fondo las noticias de la radio. De repente, escuché una expresión y no podía creer lo que oía: el locutor se refería al Gobierno de EE. UU. como «el régimen de Trump», un término que hasta ahora solo había oído utilizar para referirse a Gobiernos que están en la lista negra moral y política. El «régimen de Putin», el «régimen de Maduro», el «régimen de Milosevic» y ahora también el «régimen de Trump».
En ciencias políticas, el término «régimen» es un concepto neutro que representa el orden político de un Estado. En la política occidental, sin embargo, es un insulto hacia los gobiernos indeseables.
Pero, ¿qué ha pasado para que el actual Gobierno de Estados Unidos, el más occidental de todos los gobiernos occidentales, sea etiquetado con un término que en realidad solo se reserva para los «Estados delincuentes»?
La respuesta es: la «Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos de América» (NSS), publicada en noviembre de 2025. Cada pocos años, los gobiernos estadounidenses aprueban una actualización de la Estrategia de Seguridad Nacional. En ella se analiza la situación internacional actual y se explica cómo y con qué instrumentos quieren posicionarse los Estados Unidos, sabiamente como la mayor potencia mundial que quiere mantener ese estatus.
Así ocurre también en la NSS publicada recientemente. En ella se formula igualmente la pretensión de dominio global, pero ya no bajo el pretexto moral de la autoproclamada policía universal del mundo, sino de forma contundente.
Por cierto, esta honestidad me gusta mucho más que la hipocresía moral, en la construcción intelectual de la escuela de pensamiento (neo)realista:
«La unidad política fundamental del mundo es y seguirá siendo el Estado-nación.
Es natural y justo que todas las naciones antepongan sus intereses y defiendan su soberanía».
(«The world’s fundamental political unit is and will remain the nation-state.
It is natural and just that all nations put their interests first and guard their sovereignty.»)
No es que Estados Unidos no haya pensado y actuado siempre así. No, solo han intentado ocultarlo en su mayoría bajo un manto de valores. Pero eso parece resultar demasiado molesto o fastidioso para Donald Trump. Como hombre de negocios, ante todo, quiere hablar claro: “¡América primero!”.
Las regiones del mundo
Como corresponde a los Estados Unidos, que se consideran a sí mismos una superpotencia global, en esta NSS el mundo también se divide en regiones. No solo es interesante el orden en que se mencionan las regiones, sino también la posición de Rusia en ellas. Pero vayamos por partes:
A. Hemisferio occidental
La primera región que se menciona es el hemisferio occidental. Sin embargo, lo que probablemente entristezca a los transatlánticos más acérrimos de Europa es que no se refiere al oeste de la OTAN, sino al doble continente americano. Trump se remite aquí a la Doctrina Monroe de 1823. En principio, esta doctrina tiene dos caras: en un primer momento se entendió como una doctrina anticolonialista.
Según ella, se debía prohibir a los Estados que no pertenecieran al doble continente americano interferir en los asuntos internos de América. Se refería, sobre todo, a los europeos. Sin embargo, a la inversa, esto también significaba que, como potencia más fuerte del doble continente, Estados Unidos tenía, por supuesto, el monopolio del orden y la organización, sin que los europeos tuvieran posibilidad de oponerse.
Lo que en un principio suena anticolonialista no era ni es más que la pretensión de tener un enorme patio trasero que redunda exclusivamente en el interés de Estados Unidos:
Tras años de abandono, Estados Unidos restablecerá y aplicará la Doctrina Monroe para restaurar la hegemonía estadounidense en el hemisferio occidental y proteger nuestra patria y nuestro acceso a regiones clave en toda la zona. Negaremos a los competidores no hemisféricos la posibilidad de desplegar fuerzas armadas (…) en nuestro hemisferio.
Se trata de una amenaza directa contra Venezuela, pero también contra Rusia y China, en vista de sus aliados en América Latina.
B. Asia
La NSS dedica seis páginas completas, más que a ningún otro tema, a Asia o, mejor dicho, a su rival China. En la NSS queda claro que Estados Unidos tiene la intención de exigir más a sus «socios» del sudeste asiático y del Pacífico occidental, en particular a Australia, Taiwán, Corea del Sur y Japón, para que se enfrenten a China. Esta intención ya se manifiesta en las crecientes tensiones entre Japón y China.
C. Promoviendo la grandeza europea
A la hora de explicar esta región, los transatlánticos experimentados deben ser realmente fuertes. No solo Rusia no obtiene el estatus de región propia, sino que se trata dentro de la región de Europa, pero lo que es peor aún:
los aliados europeos tienen una ventaja militar considerable sobre Rusia en casi todos los aspectos, con la excepción de las armas nucleares.
Como consecuencia de la guerra de Rusia en Ucrania, las relaciones europeas con Rusia están muy tensas y muchos europeos consideran a Rusia una amenaza existencial.
La configuración de las relaciones europeas con Rusia requiere un considerable compromiso diplomático por parte de Estados Unidos, tanto para restablecer la estabilidad estratégica en el continente euroasiático como para reducir el riesgo de un conflicto entre Rusia y los Estados europeos. Es de interés fundamental para Estados Unidos negociar un rápido fin de las hostilidades en Ucrania con el fin de estabilizar las economías europeas, evitar una escalada o una ampliación involuntaria de la guerra y restablecer la estabilidad estratégica con Rusia».
Para explicarlo de nuevo: Estados Unidos no se ve a sí mismo en el mismo barco que los europeos de la UE más el Reino Unido contra Rusia, sino como mediador entre la UE/Reino Unido, por un lado, y Rusia, por otro, para evitar una guerra entre ellos.
Es más, Estados Unidos considera que los europeos de la UE más Gran Bretaña son un obstáculo para la paz en Ucrania, incluso un factor de escalada que Estados Unidos debe contener para evitar una guerra entre los europeos de la UE/Gran Bretaña y Rusia. La NSS traslada la sensación de amenaza a los europeos de la UE, es decir, los Estados Unidos no ven a Rusia como una amenaza, un punto que socava los cimientos del discurso europeo de la UE.
Porque declarar a Rusia como una amenaza es una OBLIGACIÓN que forma parte de cualquier retórica mínima y inicial cuando se plantea el tema de Rusia. Con ello, la Administración Trump ha dejado de facto a un lado a la OTAN, al menos temporalmente.
El «Tagesschau» informa al respecto que al “político de exterior de la CDU Norbert Röttgen (…), como convencido transatlántico, no le resulta fácil decirlo. Pero la amarga verdad es que, por primera vez desde hace algunas semanas, Estados Unidos ya no está del lado de Europa. En cuestiones de seguridad, guerra y paz”.
Sin embargo, el «Tagesschau»también intenta sugerir una normalidad y una tranquilidad en las salas políticas de Berlín y Bruselas que, en realidad, no existen:
La reprimenda que les acaban de dar desde el otro lado del océano es motivo suficiente para temer. Sin embargo, los valientes europeos están demostrando mucha serenidad. La alta representante de la UE para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, habla de «algunas diferencias». A pesar de ello, siguen siendo «los aliados más cercanos». La primera ministra italiana, Georgia Meloni, no ve ninguna ruptura entre Estados Unidos y Europa. Y, según el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Johann Wadephul, Estados Unidos «sigue siendo nuestro aliado más importante en la OTAN.
Pero eso no es todo: la Administración estadounidense se ha propuesto salvar la democracia y la libertad de expresión europeas de las élites dirigentes actuales:
La diplomacia estadounidense debe seguir defendiendo la democracia auténtica, la libertad de expresión y el respeto sin restricciones del carácter individual y la historia de las naciones europeas.
Estados Unidos anima a sus aliados políticos en Europa a promover esta renovación del espíritu, y la creciente influencia de los partidos patrióticos europeos es motivo de gran optimismo.
Nuestro objetivo debe ser ayudar a Europa a corregir su rumbo actual. Necesitamos una Europa fuerte que nos ayude a competir con éxito y a colaborar con nosotros para evitar que un adversario domine Europa”.
Aparte del hecho de que la Administración Trump no es precisamente delicada con la tan citada libertad de expresión, las reacciones de la UE y Alemania a esta acusación de Estados Unidos son muy duras. Así cita el Tagesschau:
El portavoz adjunto del Gobierno, Sebastian Hille, lo formula de forma más contundente: Las acusaciones de censura y las críticas a los procesos democráticos se consideran más una ideología que una estrategia.
Y el hecho de que, precisamente, los partidos de derecha reciban declaraciones de simpatía desde Washington es otro golpe en el estómago para las élites europeas de la UE.
La administración Trump ve el crecimiento de los «partidos patrióticos europeos» (incluido el AfD) como la base para un futuro mejor para Europa. De este modo, el Gobierno estadounidense interviene directamente en los asuntos internos de sus aliados europeos.
No es que no lo haya hecho antes, de hecho, lo ha hecho repetidamente (por ejemplo, en la soberanía energética europea, con los gasoductos Nord Stream), y con la benevolente aceptación de las élites dirigentes de la UE.
Solo que esta vez hay algo fundamentalmente diferente: esta vez, la intervención proviene del lado ideológicamente equivocado, lo que provoca la indignación de los que hasta ahora se han beneficiado de la influencia estadounidense en Europa, ya que son ellos los que corren el riesgo de convertirse en el blanco de la injerencia estadounidense; es decir, que podría producirse un cambio de élite en la UE con el apoyo de Estados Unidos.
A pesar de la indignación justificada por esta injerencia, en la UE y en Alemania deberían rebajar el nivel de indignación, ya que precisamente los europeos de la UE practican con gusto y como algo natural la injerencia permanente en los asuntos internos de terceros países, lo que contraviene el derecho internacional.
Palabra clave: revoluciones de colores, destitución de candidatos impopulares a cargos políticos o ayuda benévola en la campaña electoral a gobiernos afines que de vez en cuando tienen que presentarse a las elecciones, pero que no dan una buena imagen entre la población y, por lo tanto, hay que echarles una mano, como ha ocurrido recientemente en la República de Moldavia.
Conclusión
La NSS actualizada es una expresión de una reflexión realista sobre el cambio en la política internacional, independientemente de si se considera positivo o no dicho cambio y las respuestas de la NSS al mismo.
Solo los europeos de la UE se aferran sin descanso a un mundo que cada día es menos así. Y este aferrarse a las ilusiones es el camino seguro hacia el declive de la UE europea, hacia la pérdida de importancia.
Las negociaciones en curso entre Washington y Moscú sobre Ucrania sin la UE también son negociaciones sobre Europa, sin la participación de la UE.
Es difícil decir si un cambio de rumbo de la UE ya sería demasiado tarde para detener su propio declive y, en su caso, revertirlo. Sin embargo, cada día que pasa es más difícil para la UE.
Traducción nuestra
*Alexander S. Neu, nacido en 1969, es doctor en Ciencias Políticas. Adquirió experiencia política práctica como colaborador de la OSCE en la antigua Yugoslavia. De 2013 a 2021 fue miembro del grupo parlamentario de Die Linke en el Bundestag y su portavoz en la Comisión de Defensa y suplente en la Comisión de Asuntos Exteriores, así como miembro de la Asamblea Parlamentaria de la OTAN. Anteriormente, fue asesor de política de seguridad del grupo parlamentario durante ocho años. En 2023 abandonó el partido Die Linke y actualmente no tiene afiliación política. Alexander Neu es miembro y vicepresidente de la Sociedad Euroasiática.
Fuente original: NachDenkSeiten
Observatorio de Trabajador@s en Lucha 