AMENAZA DE INTERVENCIÓN MILITAR ESTADOUNIDENSE CONTRA VENEZUELA. Pedro Penso.

Pedro Penso.

Foto: Archivo.

20 de septiembre 2025.

La verdadera defensa de la soberanía no reside en la mera posesión de tecnologías o capacidades militares, sino en la capacidad de definir las narrativas que dan sentido a nuestra realidad colectiva y en la construcción de alianzas estratégicas que respeten la autodeterminación de los pueblos.


Contextualización de la Agresión Imperial

El análisis de la amenaza de intervención militar estadounidense contra Venezuela debe situarse en el marco de las contradicciones estructurales del sistema capitalista mundial y la lucha por el control de recursos estratégicos. Lejos de constituir un episodio aislado, esta amenaza representa la culminación de un proceso histórico de intentos por recuperar el control sobre uno de los mayores reservorios de petróleo del planeta, en un contexto de declive relativo del poder estadounidense y reconfiguración multipolar del orden mundial.

Este artículo se propone hacer un abordaje crítico, desde una perspectiva de la comunicación política y la guerra cognitiva. Este, examina sistemáticamente los elementos que configuran la actual coyuntura de amenaza, rechazando tanto el determinismo tecnológico como las explicaciones conspirativas simplistas.

Este análisis intenta fundamentarse en evidencia empírica, lo más rigurosa que el tiempo nos ha permitido y en el marco teórico de la teoría crítica de la comunicación, reconociendo que las narrativas de intervención operan siempre en articulación con relaciones de poder materiales preexistentes.

I. Contexto Mundial: Factores Condicionantes de la Amenaza de Invasión

a. Factores mundiales que favorecen la intervención en Venezuela

  1. Control estratégico de recursos energéticos: Venezuela posee las reservas probadas de petróleo más grandes del mundo (303,800 millones de barriles, según OPEP 2023), constituyendo un objetivo estratégico para el capital transnacional en un contexto de transición energética incierta. Como señala el informe A/HRC/58/48/Add.1 del Relator Especial de la ONU, las sanciones económicas unilaterales han tenido un impacto devastador en la economía venezolana, pero también reflejan la importancia geopolítica del control energético en la región.
  2. Crisis del orden unipolar: El declive relativo del poder estadounidense y la emergencia de un mundo multipolar han incrementado la agresividad de la política exterior estadounidense hacia Estados que desafían su hegemonía. Venezuela, como miembro activo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y socio estratégico de potencias emergentes como China y Rusia, representa un desafío directo a la hegemonía estadounidense en su «patio trasero».
  3. Normalización de la intervención militar: La doctrina de «guerra híbrida» desarrollada por Estados Unidos en los últimos dos decenios ha normalizado la intervención en asuntos internos de Estados soberanos mediante una combinación de sanciones económicas, propaganda digital, apoyo a oposiciones y amenazas de intervención militar. El caso de Libia (2011) y Siria (2012-presente) establecen precedentes preocupantes para el uso de la fuerza contra Estados que resisten la hegemonía occidental.

b. Factores mundiales de contención de una intervención militar

  1. Resistencia multipolar emergente: La presencia de actores internacionales como Rusia y China, con intereses estratégicos en Venezuela, constituye un factor disuasorio significativo. Ambos países han desplegado capacidades militares y diplomáticas para contrarrestar cualquier intento de intervención unilateral, como evidencian los acuerdos de cooperación militar y energética recientemente fortalecidos.
  2. Crítica internacional a las medidas coercitivas unilaterales: El informe A/HRC/58/48/Add.1 del Relator Especial de la ONU documenta cómo las sanciones unilaterales violan principios fundamentales del derecho internacional y tienen efectos devastadores en los derechos humanos. Esta crítica ha ganado terreno en foros multilaterales, incluyendo la Asamblea General de la ONU, donde en 2022 se aprobó por mayoría abrumadora una resolución condenando las sanciones unilaterales.
  3. Experiencia negativa de intervenciones previas: Las costosas y controvertidas intervenciones estadounidenses en Irak, Afganistán y Libia han generado escepticismo tanto dentro de la élite política estadounidense como en la opinión pública internacional sobre la efectividad de las intervenciones militares para lograr estabilidad política.

II. Amenaza de Intervención Militar Estadounidense

a. Elementos que han llevado a EE.UU. a amenazar con invadir Venezuela

  1. Estrategia de «máxima presión» fracasada: Las sanciones económicas unilaterales, implementadas sistemáticamente desde 2017, no han logrado el cambio de régimen esperado por la administración estadounidense. El informe A/HRC/58/48/Add.1 confirma que estas medidas han tenido un impacto negativo en los derechos humanos, pero no han logrado debilitar sustancialmente al gobierno venezolano, llevando a sectores de la élite estadounidense a considerar opciones más directas de intervención.
  2. Intereses económicos transnacionales: El control sobre la industria petrolera venezolana, valorada en decenas de miles de millones de dólares, representa un incentivo material significativo para sectores del capital financiero y energético estadounidense. Documentos desclasificados y reportes de investigación periodística (como los de The Intercept) han revelado contactos directos entre funcionarios estadounidenses y ejecutivos petroleros respecto al «plan de transición» para el sector energético venezolano.
  3. Lógica de la guerra cognitiva: Como se ha venidos analizando en la Universidad Internacional de las Comunicaciones, en este espacio académico se ha abordado como la propaganda digital y las campañas de desinformación han creado un marco narrativo que presenta a Venezuela como un «Estado fallido» que requiere intervención internacional.

Este marco, desarrollado mediante técnicas de micro-segmentación emocional y efecto de verdad ilusoria, prepara el terreno para justificar una intervención militar como «necesaria» y «legítima». Usando esta misma lógica se ha venido desarrollando una narrativa descalificadora y deslegitimadora del gobierno bolivariano, haciendo uso de un expediente que data de principio de la década de 1990, cuando se denuncio y puso en evidencia un grupo de generales que estaban vinculados a operaciones del narcotráfico, era la época final de los gobiernos de la Cuarta República, cuando el Presidente Chávez todavía no había logrado triunfar electoralmente.

Este expediente del “Cartel de los Soles” se convierte la parte central de relato para presentar a Venezuela como un Estado Forajido, un Estado Canalla, corrompido que amenaza la seguridad de la región.

Con propaganda de guerra, el imperialismo se ha propuesto instalar en le imaginario colectivo internacional la peregrina idea que en Venezuela gobiernan delincuentes. Aunque poco originales, el uso de este expediente se propone tensionar las fuerzas hasta extralimitarlas para que se produzca unos quiebres internos.

Se propone intensificar las estrategias de interferencias en lo económico, tratando de “hacer chillar la economía” y con maniobras militares imprudentes obligar a distraer recursos de las áreas prioritaria y esenciales para atender a la población.

Este ataque quiere romper la unidad nacional, para crear un clima de incertidumbre e inseguridad que la propaganda pueda aprovechar para crear engaño, con ataques en enjambres, que produzcan aturdimiento, desmoralización y bloqueen la voluntad colectiva de la nación de luchar y de vencer.

b. Correlación de fuerzas internas en Estados Unidos

  1. Facción neoliberal intervencionista: Representada por think tanks como el Council on Foreign Relations y la Fundación Hudson, esta facción ha abogado consistentemente por una intervención militar directa, argumentando que la «oportunidad histórica» para recuperar el control sobre Venezuela no debe ser desaprovechada. Sus vínculos con el complejo militar-industrial estadounidense proporcionan recursos significativos para promover esta agenda.
  1. Facción pragmática no intervencionista: Representada por sectores del Partido Demócrata y analistas en la tradición de George Kennan, esta facción argumenta que una intervención militar en Venezuela sería costosa, contraproducente y reforzaría la narrativa anti-estadounidense en toda América Latina. El fracaso de intervenciones previas en la región (Cuba 1961, Nicaragua 1980s) constituye un recordatorio histórico poderoso para esta facción.
  1. Presión del complejo militar-industrial: El lobby de defensa y las corporaciones militares tienen un interés material directo en cualquier operación militar a gran escala. Informes del Congressional Research Service indican que el presupuesto militar estadounidense para operaciones en América Latina ha incrementado un 37% desde 2019, reflejando la prioridad estratégica asignada a la región.

III. Impacto de las Amenazas de Intervención en la Situación Política Interna

Las amenazas de intervención militar estadounidense han tenido efectos complejos y contradictorios en la situación política interna venezolana:

  1. Efecto de consolidación nacional: Las amenazas externas han generado un efecto de «rally ‘round the flag» (acudir a la bandera) que ha fortalecido la cohesión interna en torno al gobierno legítimo. Encuestas independientes realizadas en Venezuela desde el 2023 indican que alrededor del 68% de la población rechaza cualquier forma de intervención militar extranjera, independientemente de su posición política respecto al gobierno.
  2. Polarización estratégica: Sectores de la oposición venezolana han adoptado una posición ambigua, criticando las amenazas de intervención mientras mantienen canales de comunicación con actores estadounidenses. Este fenómeno refleja la fragmentación interna de la oposición y su dependencia histórica del apoyo externo.
  3. Impacto en la economía popular: Las amenazas de intervención, combinadas con las sanciones económicas existentes, han incrementado la volatilidad económica y la incertidumbre, afectando particularmente a los sectores más vulnerables. Informes de Naciones Unidas documenta cómo estas medidas han limitado el acceso a medicamentos, alimentos y bienes esenciales, aunque no pueden atribuirse exclusivamente a las amenazas de intervención militar.
  4. Dinámica de resistencia comunicacional: Como se ha estudiado en la Universidad Internacional de las Comunicaciones, el gobierno venezolano y movimientos sociales han desarrollado estrategias efectivas de contranarrativas que desafían la hegemonía digital del discurso intervencionista, utilizando plataformas como Telesur, redes comunitarias en WhatsApp y otras aplicaciones. Aunque aún falta mucha alfabetización digital para potenciar la ofensiva que demanda esta confrontación de narrativas.

IV. Evaluación de la posición del gobierno venezolano

Desde una perspectiva dialéctica, la posición del gobierno venezolano ante la amenaza de intervención militar puede evaluarse en varios niveles:

  1. Estrategia diplomática multilateral: El gobierno venezolano ha logrado importantes avances diplomáticos en foros internacionales, incluyendo la ONU, la CELAC y el G77+. La resolución de la Asamblea General de la ONU de 2022, que condenó las sanciones unilaterales por 161 votos a favor, refleja el éxito de esta estrategia diplomática. Sin embargo, la dependencia excesiva en actores como Rusia y China presenta riesgos en un contexto de creciente rivalidad entre potencias.
  2. Fortalecimiento de la defensa nacional: El Plan Estratégico de Defensa Integral (PEDI) 2021-2025 ha logrado modernizar significativamente las capacidades defensivas venezolanas, con énfasis en la guerra asimétrica y la defensa territorial. La integración de sistemas rusos como el S-300 y la formación de milicias populares representan elementos disuasorios significativos.
  3. Estrategia comunicacional crítica: Como se destacó en análisis que en espacio académico se ha venido haciendo, el gobierno venezolano ha desarrollado una estrategia comunicacional efectiva, que hace uso de un sistema de multiplataformas, en una confrontación asimétrica que requiere de estrategias híbridas, que combina medios tradicionales (Telesur) con plataformas digitales alternativas. El Sistema de Comunicación Comunitaria, que usa “calles, redes, medios, paredes y radio bemba” ha demostrado ser particularmente efectivo en la difusión de información precisa y en la construcción de contranarrativas.
  4. Limitaciones en la articulación económica: A pesar de los esfuerzos por diversificar la economía, la persistente dependencia del petróleo y las limitaciones estructurales impuestas por las sanciones representan vulnerabilidades estratégicas que podrían ser explotadas en un escenario de crisis aguda.

V. Recomendaciones Estratégicas para la Defensa de la Soberanía

Basado en el análisis materialista presentado, proponemos las siguientes recomendaciones estratégicas para fortalecer la resistencia venezolana ante la amenaza de intervención militar:

1. Fortalecimiento de la Diplomacia Multilateral Crítica

– Ampliación de alianzas Sur-Sur: Profundizar relaciones con países del BRICS+, especialmente India y Sudáfrica, que han mantenido posiciones críticas respecto a las intervenciones unilaterales.

– Fortalecimiento de mecanismos regionales: Reactivar y fortalecer la CELAC como contrapeso a la OEA, históricamente utilizada como instrumento de intervención estadounidense.

– Estrategia de «puentes diplomáticos»: Establecer canales de comunicación directa con sectores no intervencionistas en Estados Unidos, incluyendo congresistas y think tanks críticos.

2. Desarrollo de una Comunicación Política Emancipadora

– Sistema integrado de verificación de hechos: Crear una plataforma académica independiente que documente sistemáticamente las campañas de desinformación y proporcione análisis rigurosos en múltiples idiomas.

– Programas de alfabetización mediática crítica: Implementar programas educativos que enseñan a identificar técnicas de desinformación y comprender los modelos de financiamiento de los medios.

– Fortalecimiento de redes comunicacionales comunitarias: Expandir el Sistema de Comunicación Comunitaria a nivel nacional e internacional, con énfasis en la conectividad digital en zonas marginadas.

3. Estrategia Económica de Resistencia

– Diversificación acelerada de exportaciones: Aprovechar la actual coyuntura para acelerar la diversificación económica hacia sectores como la pesca, el cacao, el café, frutales, especies y la industria farmacéutica.

– Fortalecimiento de mecanismos de trueque: Profundizar acuerdos de trueque con socios estratégicos para reducir la dependencia del dólar estadounidense.

– Desarrollo de capacidades tecnológicas soberanas: Invertir en desarrollo de tecnologías de información y comunicación soberanas que reduzcan la dependencia de plataformas corporativas, así como el desarrollo de Inteligencia Artificial, nuestra “Inteligencia Soberana”.

4. Estrategia de Defensa Integral

– Fortalecimiento de la milicia popular: Expandir y profesionalizar las milicias populares con énfasis en tácticas de guerra asimétrica y defensa territorial.

– Desarrollo de capacidades cibernéticas defensivas: Crear un cuerpo especializado en defensa cibernética que proteja infraestructuras críticas y contrarreste campañas de desinformación.

– Cooperación militar estratégica: Profundizar la cooperación militar con socios estratégicos en áreas específicas como defensa aérea, cibernética y guerra asimétrica.

Hacia una Ofensiva Soberana y Emancipadora

La amenaza de intervención militar estadounidense contra Venezuela debe entenderse no como un fenómeno aislado, sino como la expresión de las contradicciones estructurales del sistema capitalista mundial en su fase imperialista avanzada.

Desde una perspectiva histórica, materialista dialéctica, reconocemos que las relaciones de poder material preceden y condicionan las batallas simbólicas por las narrativas.

La resistencia efectiva a esta amenaza requiere un enfoque multidimensional que combine fortalecimiento diplomático, desarrollo de contranarrativas críticas, diversificación económica y defensa territorial.

Es crucial evitar tanto el determinismo tecnológico que sobreestima el poder de las plataformas digitales como el economicismo vulgar que ignora el papel estratégico de la comunicación política en las luchas contemporáneas.

Como políticos revolucionarios, comprometidos con la justicia social, nuestro papel no es meramente analítico, sino contribuir activamente a la construcción de herramientas conceptuales y prácticas que fortalezcan la soberanía comunicacional y política de Venezuela.

La verdadera defensa de la soberanía no reside en la mera posesión de tecnologías o capacidades militares, sino en la capacidad de definir las narrativas que dan sentido a nuestra realidad colectiva y en la construcción de alianzas estratégicas que respeten la autodeterminación de los pueblos.

Solo mediante este enfoque integral, que reconozca tanto las relaciones de poder materiales como la importancia estratégica de las batallas simbólicas, podremos contribuir a la construcción de una Venezuela soberana, independiente y comprometida con la justicia social en el contexto de un mundo en reconfiguración multipolar.

Documento realizado el 15 de agosto 2025


*Pedro Penso es Director General del Centro de Investigación Contrahegemónica “Luis Acuña”, de la Universidad Internacional de las Comunicaciones.

Red Internacional de Investigación Antifascista. (RIIA)

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