Robert Inlakesh.
Ilustración: Mint Press News
03 de enero 2025.
No son sólo voces aisladas las que abogan por la normalización; el nuevo gobierno sirio y sus partidarios parecen decididos a establecer lazos con Israel, incluso mientras Israel continúa su ocupación del territorio sirio y el bombardeo de lo que queda de su infraestructura. Mientras los apologistas intentan justificar los comentarios de Damasco favorables a Israel, la escritura en la pared está clara desde hace tiempo.
El nuevo alcalde de Damasco, Maher Marwan, respaldado por Hayat Tahrir al-Sham (HTS), suscitó polémica la semana pasada cuando hizo un llamamiento a la normalización con Israel. Aunque Damasco, la ciudad que ahora gobierna, soporta frecuentes ataques aéreos israelíes, Marwan defendió su postura en una entrevista con NPR. “Nuestro problema no es con Israel”, declaró, y añadió: “No queremos entrometernos en nada que amenace la seguridad de Israel”.
Tras la reacción generalizada de la opinión pública, el gobierno de Damasco, dirigido por el HTS, hizo pública una declaración en la que respondía a las declaraciones de Marwan. En él se afirmaba que los comentarios de Marwan no reflejaban necesariamente la política del gobierno de Al Yolani, pero no se negaba explícitamente su llamamiento a la normalización con Israel.
Los sentimientos expresados por Marwan coinciden con los del líder de facto de Siria, Ahmed al-Shara’a, conocido más comúnmente por su apodo asociado al ISIS, Abu Mohammed al-Jolani. Al-Yolani afirmó en una ocasión que el territorio sirio no debe utilizarse como plataforma de lanzamiento de un conflicto con Israel. Subrayó: “No queremos ningún conflicto, ni con Israel ni con nadie”.
La existencia de Israel es “un hecho probado”, según el nuevo ministro de Asuntos Exteriores sirio, Asaad Hassan Al-Shibani, que ha avivado aún más la polémica al insinuar que, dadas las circunstancias adecuadas, sería posible entablar conversaciones. Tanto dentro como fuera del país, este cambio de tono ha sido recibido con recelo y ansiedad.
Durante una entrevista con Channel 4 News, el portavoz de HTS, Obeida Arnaout, se abstuvo de dar una respuesta clara cuando se le preguntó por los cientos de ataques israelíes en territorio sirio. En la misma línea, Arnaout evitó las preguntas y utilizó una jerga política evasiva cuando el periodista de 5 Pilares Dilly Hussein le presionó sobre el tema.
Voces proisraelíes de la “nueva Siria”
Aunque la mayoría de los altos cargos de la administración dirigida por HTS se abstienen de hacer afirmaciones categóricas sobre Israel, insisten constantemente en que Irán y Hezbolá, y no Israel, son los principales enemigos de Siria.
Miembros destacados del movimiento “Siria Libre”, que apoya a HTS, han expresado opiniones similares. Otros han llegado incluso a exigir que se establezcan relaciones formales con Israel, lo que supone un cambio significativo respecto a la postura histórica de Siria.
Ayman Al-Asimi, miembro destacado de la Coalición Nacional Siria (CNS) y antiguo portavoz de las delegaciones de la oposición siria durante las conversaciones de Astana, saltó a los titulares con sus declaraciones a la BBC árabe. Afirmó sin ambages que el único adversario de Siria es Irán.
Cuando el presentador le preguntó si consideraba a Israel un amigo o un enemigo, Al-Asimi respondió diciendo que Siria sólo tiene “amigos o amigos potenciales”.
En una entrevista con el medio israelí I24 News, Fahad al-Masri, presidente del Frente de Salvación Nacional sirio, hizo una declaración reveladora:
Una vez derrocado el gobierno de Bashar al-Assad, queremos ver una embajada israelí en el lugar de la embajada iraní en Damasco.
Al-Masri, cofundador del Ejército Sirio Libre en febrero de 2012, es un conocido miembro de la oposición siria. También se sabe que tiene vínculos con intereses occidentales, como recibir financiación del Departamento de Estado de Estados Unidos para albergar un programa de la oposición en Siria.
Durante el prolongado conflicto del país, desempeñó un papel decisivo a la hora de facilitar la coordinación entre los grupos de la oposición siria y los medios de comunicación franceses.

Durante la ofensiva liderada por el HTS para tomar Alepo, al-Masri había hecho además un llamamiento público a Israel para que ayudara a los grupos rebeldes a derrocar al gobierno de Siria. En particular, al-Masri tiene la costumbre bien documentada de elogiar los ataques aéreos israelíes contra Siria.
Por la misma época, el Canal 12 de noticias de Israel emitió una entrevista con un oficial rebelde sirio que expresó su optimismo sobre las relaciones regionales tras el posible derrocamiento de Bashar al-Assad.
El oficial declaró que los grupos rebeldes vislumbraban “paz y seguridad con toda la región y con Israel”.
El ex oficial de inteligencia militar israelí teniente coronel Mordechai Kedar reveló que había mantenido contacto directo con facciones rebeldes sirias durante algún tiempo. Según Kedar, estos grupos buscaban activamente la ‘paz’ con Tel Aviv e incluso presentaron solicitudes de apoyo militar.
Transmití a altos funcionarios de Israel una lista detallada del equipo que solicitaban recibir de Israel, reveló.
Otro acontecimiento notable fue el repentino aumento del Ejército Sirio Libre (ESL) y otras facciones militantes, que permitió a sus combatientes relacionarse con los medios de comunicación israelíes y abogar abiertamente por estrechar lazos.
En un caso, un miembro del ESL de la ciudad meridional siria de Dara’a apareció en el Canal 11 de Israel, declarando: “Invitamos a Israel a venir a Siria e invertir”.
La insinuación se produjo cuando las fuerzas israelíes estaban invadiendo territorio sirio y expulsando por la fuerza a los residentes de sus hogares a punta de pistola.
Incluso destacados periodistas sirios que apoyan al gobierno dirigido por HTS, como Hossam Taleb, se han hecho eco de sentimientos similares, enmarcando el período actual como una «oportunidad para lograr la paz y la seguridad de Israel a través del compromiso de devolver los derechos a Siria».
En las redes sociales, los posibles candidatos a puestos en el gobierno local han pedido abiertamente la normalización con Israel. Los mensajes que abogan por “la firma de un acuerdo de paz entre Israel y la nueva Siria” ponen de relieve la creciente tendencia.
“Tenemos intereses comunes”
Las declaraciones proisraelíes de figuras de la oposición siria no son un fenómeno reciente. En 2016, Nabil al-Dandal-un antiguo general de brigada bajo el gobierno de Bashar al-Assad que desertó en 2012 para convertirse en líder del Ejército Sirio Libre– abogó abiertamente por la “paz con Israel” y buscó el apoyo de Tel Aviv.
En una carta abierta a la Knesset israelí, al-Dandal escribió:
Podemos cooperar; tenemos intereses comunes. Nuestros verdaderos enemigos son los iraníes y los fundamentalistas islámicos.
Incluso miembros estadounidenses del Lobby Sirio, como Wa’el al-Zayat, han estado relacionados con organizaciones proisraelíes. La Intifada Electrónica reveló que al-Zayat, director del grupo de defensa musulmán Emgage, tenía conexiones con el Lobby israelí.
También trabajó como asesor principal de la entonces embajadora ante la ONU Samantha Power durante la administración Obama y durante diez años en el Departamento de Estado de Estados Unidos.
Conocido por abogar por sanciones estadounidenses que afectaron desproporcionadamente a civiles sirios, el Lobby Sirio ha sido objeto de críticas por sus vínculos con organizaciones proisraelíes.
En 2013, Israel comenzó a apoyar abiertamente al menos a una docena de grupos de la oposición siria, muchos de ellos con vínculos extremistas, en su lucha contra el gobierno de Bashar al Assad en las regiones del sur del país.
Entre estos grupos estaba Jabhat al-Nusra, que desde entonces se ha rebautizado como Hayat Tahrir al-Sham (HTS).
Además de suministrar ayuda material y logística, Israel también trató a miles de combatientes de la oposición en hospitales de campaña instalados en los Altos del Golán ocupados.
Incluso la organización siria Cascos Blancos, dirigida por Raed Saleh, ha sido objeto de escrutinio por sus vínculos con Israel. En un incidente especialmente revelador, miembros de los Cascos Blancos fueron evacuados del sur de Siria por fuerzas israelíes, una operación que atrajo una considerable atención mediática.
A pesar de la importancia de la colaboración, los Cascos Blancos omitieron toda mención a Israel en su declaración oficial sobre la evacuación.
Saleh defendió posteriormente la decisión, argumentando que la colaboración con Israel era la única opción para garantizar la seguridad de su grupo. Al parecer, la omisión enfureció a las autoridades israelíes, que esperaban obtener un impulso de relaciones públicas con su participación en la incursión.
En una entrevista con la cadena estatal saudí Al-Arabiya, el dirigente sirio Abu Mohammed al-Jolani hizo una sorprendente afirmación sobre la dinámica regional que precedió al derrocamiento de Bashar al-Assad.
Afirmó que una invasión israelí de Siria era inminente en aquel momento y que se habría encontrado con la resistencia de las fuerzas iraníes e iraquíes.
Al-Yolani se jactó de su papel en la prevención de tal enfrentamiento, atribuyéndose el mérito de haber frustrado la agenda iraní en Siria y de haber hecho retroceder 40 años lo que él denominaba ‘el proyecto iraní’.
Los nuevos gobernantes de Damasco se han apartado notablemente de la larga tradición siria de apoyo vocal y material a la causa palestina.
A diferencia de anteriores gobiernos sirios, los actuales dirigentes no han emitido ninguna declaración condenando las acciones de Israel en Gaza ni expresando su solidaridad con la lucha palestina.
Siria, que en su día se posicionó como un firme opositor a Israel -denunciando sus crímenes de guerra, facilitando la transferencia de armas a los grupos de resistencia y apoyando la autodeterminación palestina-, parece ahora alineada contra Irán, el único Estado regional que se opone activamente a Tel Aviv.
Traducción nuestra
Robert Inlakesh es analista político, periodista y director de documentales residente en Londres (Reino Unido). Ha vivido y trabajado en los territorios palestinos ocupados y presenta el programa «Palestine Files». Director de «El robo del siglo: La catástrofe palestino-israelí de Trump’. Síguele en Twitter @falasteen47
Fuente original: Mint Press News
